¿Debemos considerar el vino de forma diferente a otras bebidas alcohólicas?

Desde hace algunas semanas, se ha desatado un acalorado debate en Francia, especialmente entre políticos, organizaciones profesionales vitivinícolas, médicos y medios de comunicación. El pasado 16 de enero, el ministro de Agricultura, Didier Guillaume, afirmó que «el vino no es un alcohol como los demás». Una frase que no pasó desapercibida y que suscitó una viva polémica. Varias semanas después, sigue siendo noticia, sobre todo porque existe un desacuerdo entre dos ministros, Didier Guillaume y Agnès Buzyn, la ministra de Sanidad. Para saber quién tendrá la última palabra, habrá que esperar un poco más. Quizás el 7 de febrero se dé una respuesta, ya que ese día el ministro de Agricultura recibirá a los representantes de las organizaciones profesionales vitivinícolas.

La declaración que ha dado lugar a este debate y la cuestión que plantea

Todo comenzó el 16 de enero de 2019, cuando Didier Guillaume declaró, durante una entrevista en BFMTV-RMC, que «el vino no es un alcohol como los demás». También precisó que «la adicción al alcohol es dramática, especialmente entre los jóvenes, con el binge drinking», pero que nunca había visto a un joven salir borracho de una discoteca «porque hubiera bebido vino». Côtes-du-Rhône Según él, los jóvenes beben más bien «mezclas» o «alcohol fuerte». Del mismo modo, indica que no está a favor de aumentar la legislación sobre las bebidas alcohólicas. Explica que es importante luchar contra las adicciones y «educar a los franceses y a los jóvenes en el buen uso», recordando que «la viticultura es un sector económico fuerte» en Francia. Las declaraciones del ministro provocaron rápidamente numerosas reacciones, en particular por parte de Agnès Buzyn. Esta última replicó que no se puede «banalizar el consumo de alcohol» y, por lo tanto, de vino, que «mata a cerca de 50 000 personas en Francia». Desde entonces, se plantea la cuestión de si hay que considerar el vino como el resto de bebidas alcohólicas o tratarlo de forma diferente, como una riqueza de nuestro patrimonio.

Defender el patrimonio vitícola, sí, pero ¿de qué manera?

Por ahora, es difícil tomar una decisión y dar una respuesta clara a esta pregunta. Es cierto que, en Francia, como recuerda el presidente del Consejo del Vino de FranceAgriMer, el vino está «ligado al terruño y a la gastronomía». Por lo tanto, es importante defender este sector, que también goza de renombre internacional. Sin embargo, como dicen los médicos, no hay que minimizar sus peligros para la salud, especialmente en caso de consumo abusivo, y no hay que olvidar que son numerosos los casos de coma etílico relacionados con el vino. Este debate también plantea otro problema, el del papel que desempeñan los lobbies. Sin duda, el Gobierno tendrá que responder pronto a esta cuestión y encontrar una solución para preservar y valorizar nuestro patrimonio vitivinícola, al tiempo que lucha contra la adicción al alcohol y, de este modo, protege a los franceses.