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Retsina

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El Retsina Es el vino tradicional griego más conocido. Lo fue durante mucho tiempo, hasta tal punto que su reputación, no siempre positiva, ensombrecía a otros vinos griegos.

El Retsina se produce ininterrumpidamente desde hace milenios, como lo demuestran innumerables hallazgos arqueológicos y numerosas referencias escritas que hacen referencia a la producción y el consumo en la Antigua Grecia del «ritinitis oenos» (NdT= vino resinoso). Las principales razones por las que se recurría al uso de la resina en los vinos y que hicieron que la producción de retsina se extendiera eran las siguientes:

• La proximidad de los viñedos a los bosques de pinos que producen resina, especialmente en Grecia Central (Grecia continental).

• La práctica de tapar el cuello y untar el interior de las ánforas (recipientes antiguos para almacenar y transportar vino) con resina de pino para sellarlas y evitar que el vino entre en contacto con el aire.

• La adición de resina para una mejor conservación del vino.

• El uso de barriles de madera de pino (en épocas posteriores).

• La adición de resina para mejorar vinos que presentaban un deterioro organoléptico.

• La intervención en el aroma del vino mediante la adición de resina, práctica que aún se utiliza hoy en día.

El Retsina se elabora añadiendo al vino blanco, y en raras ocasiones al vino rosado, resina de origen vegetal, es decir, resina de pino, de la especie Pinus Halepiensis, durante la fermentación. Posteriormente, se elimina la resina, dejando solo su aroma en el vino. La variedad de uva principal utilizada para la producción de retsina es la Savvatiano, seguida de la Roditis.

El Retsina, cuando es de buena calidad, presenta un aroma balsámico pronunciado, característico del pino, al tiempo que deja aflorar los aromas de la uva. La sensación de amargor, casi imperceptible, proporciona un regusto fresco, casi refrescante, como si el vino contuviera gas carbónico, lo que lo convierte en un acompañamiento ideal para los platos fuertes de la cocina griega.

El Retsina solo puede producirse en Grecia, en todo el país, y lleva la etiqueta «Denominación Tradicional». Las regiones productoras más conocidas de Retsina, que tienen derecho a incluir el nombre del vino en las etiquetas, se encuentran en Grecia continental y son Ática, Beocia

El renacimiento del vino Retsina

Procedente directamente de las soleadas tierras de Grecia, el Retsina ha experimentado un renovado interés en los últimos años. Gracias a los nuevos métodos de producción, ¿por qué no descubrir o redescubrir esta bebida que huele tan bien como unas vacaciones junto al mar?

Las raíces ancestrales del vino Retsina

Aparecido hace más de 4000 años en la tierra de Sófocles, el vino Retsina Como muchos descubrimientos, es fruto de una feliz casualidad. De hecho, al enviar vino a las colonias de la Antigua Grecia en ánforas selladas con resina, se descubrió durante el viaje que la resina del pino de Alepo se había mezclado con el vino. Además de aportarle aromas particulares entre lo dulce y lo amargo, similares a los aromas cítricos, la resina también evitaba la oxidación del vino. El Retsina, vino blanco o a veces rosado, se elabora a partir de la variedad de uva roditis, que produce uvas de piel rosada. Cabe señalar que la denominación «Retsina» solo puede utilizarse si el vino se produce en Grecia, su país de origen. Por tradición, Ática, Beocia y Eubea son las regiones griegas que más vino Retsina producen.

La amplitud aromática del vino Retsina

Si bien hace unos años las malas prácticas llevaban a utilizar vino mediocre al que se le añadía mucha resina para enmascarar su mala calidad, una nueva generación de viticultores ha sabido renovar el método de producción del vino Retsina. A menudo cultivado de forma ecológica y, por lo tanto, en cantidades más reducidas, el vino sigue fermentando en ánforas con resina de pino recién recolectada lo más cerca posible de la explotación vitícola. El vino blanco Retsina suele ofrecer un aroma que evoca el jazmín, a veces con notas balsámicas, así como una amplia gama de aromas similares a las hierbas frescas, como el romero o el orégano, a plantas como la manzanilla o incluso a cítricos. Este vino seco tiene una gran amplitud aromática, aportada tanto por los paisajes mediterráneos como por su método de producción atípico.

El vino Retsina y sus múltiples maridajes culinarios

Esta riqueza de aromas y sabores puede acompañar a muchos platos. Por supuesto, el vino Retsina marida a la perfección con platos de diferentes cocinas mediterráneas. Evidentemente, puede combinarse con platos griegos a base de aceite de oliva: mezzes de verduras marinadas, hojas de parra rellenas o humus acompañado de pan de pita. El vino blanco Retsina también marida a la perfección con platos de pescado a la parrilla aderezados con ajo. Por extensión, acompaña a muchos platos de la cocina japonesa, en particular a las recetas a base de pescado. Los currys japoneses, pero también los currys originarios del Caribe, son platos guisados que se revelan aún más si se sirven con una copa de Retsina.

Como habrán comprendido, el vino Retsina tiene una identidad fuerte y antigua, así como sabores originales. Arraigado en la cultura y la historia griegas, este vino ha podido evolucionar gracias a profesionales apasionados para convertirlo en una bebida que merece la pena (re)descubrir.

Más información en la página web de Retsina