Maroc

La viticultura en Marruecos se remonta a la Antigüedad, pero vivió un periodo poco prolífico bajo el dominio musulmán. Con la colonización francesa, el cultivo de la vid volvió a cobrar impulso, especialmente con la implantación de cuatro variedades de uva en el norte de África: la garnacha, la cariñena, la cinsault y la alicante bouschet. Esta decisión fue dictada por los estragos causados por la filoxera en los viñedos franceses. Una vez recuperada la independencia, el Reino de Marruecos no renunció a la producción de vino. Hoy en día, la producción vitícola se concentra principalmente en la región de Meknes.

Las primeras delimitaciones geográficas de los terruños de Marruecos datan de 1934. La normativa permitió clasificar los vinos en vinos de mesa, denominaciones de origen controladas (AOC) o denominaciones de origen garantizadas (AOG), como el Gerrouane en la región de Meknes, el Zenata, cerca de Casablanca, el Zemmour o el Zerboune. También hay que mencionar la AOG Doukkala, al suroeste de Casablanca, donde se elabora el famoso vino gris de Boulaouane. En 2008 se concedió la primera denominación «Château» al Château Roslane, en la AOC «Les coteaux de l'Atlas».

La calidad de los vinos marroquíes no deja de mejorar gracias a la evolución de la normativa, los esfuerzos en materia de investigación vitivinícola y las iniciativas de los productores locales. El Château Béniamar ha sido galardonado en concursos internacionales. El Domaine des Ouled Thaleb es también un vino marroquí que merece la pena descubrir.