Castilla la Mancha

La comunidad autónoma de Castilla-La Mancha está situada en el centro de España, entre Madrid al norte y Andalucía al sur. La denominación regional Castilla-La Mancha, reconocida ya en 1932, obtuvo la denominación de origen en 1973. Produce por sí sola la mitad de los vinos españoles, con una superficie vitícola de cerca de 450 000 hectáreas, aunque solo cuenta con ocho DO locales.

Situada en la Meseta Central de la península ibérica, la denominación de origen de los vinos de Castilla-La Mancha abarca 182 municipios repartidos en las cuatro provincias de Albacete, Ciudad Real, Cuenca y Toledo. Por lo tanto, no cubre la totalidad de la región administrativa. Los viñedos disfrutan de un clima continental extremo, con grandes diferencias de temperatura y precipitaciones variables, lo que garantiza las condiciones propicias para un desarrollo óptimo de la vid. Estas características dan magníficos resultados, gracias en particular al trabajo de la Bodega Ercavio.

Los vinos blancos dela denominación Castilla-La Mancha proceden de las variedades Airén, Macabeo, Chardonnay y Sauvignon Blanc. Los vinos tintos y rosados, por su parte, proceden de las variedades Tempranillo, Garnacha, Moravia, Cabernet Sauvignon, Merlot y Syrah. Dentro de la importante producción de Castilla-La Mancha, hay que distinguir entre los vinos jóvenes y los vinos tradicionales, que pueden ser de los tres colores, y los vinos tintos de mayor calidad, que son los vinos Crianza (criados en barrica), Reserva (envejecidos al menos 12 meses en barrica de roble y 24 meses en botella) y Gran Reserva (envejecidos al menos 24 meses en barrica de roble y 36 meses en botella). La denominación también produce vinos espumosos.