Alsace

El territorio de los vinos de Alsacia se extiende sobre más de 15 000 hectáreas de viñedos plantados en laderas, desde el norte de Mulhouse hasta el sur de Estrasburgo. Protegido por el macizo de los Vosgos, el viñedo alsaciano disfruta de un clima semicontinental especialmente soleado y cálido, con pocas precipitaciones. Este clima templado convierte a Alsacia en el primer productor de vinos blancos de Francia. Pero también se encuentran vinos rosados, tintos y espumosos de renombre.

En la mayoría de los casos, los vinos de Alsacia se elaboran a partir de una sola variedad de uva, que da nombre al vino: riesling, gewurztraminer, moscatel, sylvaner, pinot gris, pinot blanc y pinot noir. Estas siete variedades de uva tienen características muy específicas y permiten obtener vinos muy diferentes entre sí. La riesling es la variedad más utilizada. 

La denominación de origen controlada regula la producción de un vino en una zona geográfica concreta para que el consumidor tenga una garantía de procedencia y calidad.

La denominación de origen controlada (AOC) de los vinos de Alsacia y Alsacia Grand Cru se obtuvo tras largas discusiones a nivel nacional. En 1935, un primer decreto estableció las AOC francesas, pero las negociaciones con el INAO, organismo certificador, se interrumpieron debido a la anexión de Alsacia por parte de Alemania durante la Segunda Guerra Mundial. También fue la primera denominación reconocida de la región en 1962, como consecuencia directa de una amplia campaña de delimitación y rehabilitación de los viñedos iniciada en 1945, con el fin de devolver a los viñedos todo su prestigio.

La A.O.C. Alsacia abarca actualmente más del 70 % de la producción vinícola alsaciana. En 2011, dos denominaciones geográficas completaron la A.O.C.: las comunales y las lieux-dits. 51 lieux-dits excepcionales han recibido la A.O.C. Alsacia grands crus. Estos grands crus solo pueden elaborarse a partir de cuatro variedades de uva: riesling, gewurztraminer, pinot gris y muscat, con una excepción: el sylvaner grand cru Zotzenberg. 

La etiqueta de un vino de Alsacia suele mencionar el nombre de la variedad de uva utilizada y también puede incluir una marca comercial o la mención «Edelzwicker» o «Gentil» para una mezcla de varias variedades de uva blanca. También pueden figurar indicaciones geográficas complementarias (lugares, municipios, etc.). 

Los vinos de Alsacia (excepto el Crémant) siempre se venden en botellas tipo «vino del Rin», llamadas «flûte d’Alsace», que les están reservadas por la normativa. Desde 1972, deben embotellarse obligatoriamente en su región de producción. Los vinos Grand Cru de Alsacia representan una producción media anual de cerca de 45 000 hectolitros, lo que supone solo el 4 % del total de los vinos de Alsacia. La denominación Alsace Grand Cru corona unos terruños excepcionales, que aportan a los vinos una fuerza expresiva y una autenticidad particulares.

En el caso de los vinos dulces y licorosos, las denominaciones A.O.C. Alsace y Alsace grands crus se completan con las menciones vendanges tardives (vendimia tardía) o sélection de grains nobles (selección de uvas nobles) para los vinos elaborados a partir de uvas muy maduras. Es el caso del gewurztraminer Zinnkoepflé grand cru vendanges tardives (vino Boesch).

Definida en 1976, la denominación de origen controlada (AOC) Crémant d'Alsace reconoce el saber hacer particular de los viticultores en la elaboración de este vino espumoso de calidad, que hoy en día representa una cuarta parte de la producción de vinos de Alsacia. El Crémant d'Alsace es el primer vino espumoso con denominación de origen controlada (AOC) que se consume en los hogares franceses después del champán.

Desde hace varios años, numerosos viticultores alsacianos se han comprometido con un proceso de producción vinícola ecológica y biodinámica (por ejemplo, el vino de la finca Ostertag en Epfig).

Hay bodegas de gran calidad que destacan en la producción de vino de Alsacia, como Domaine Paul Blanck, Domaine Bott-Geyl y Albert Mann. También hay que mencionar Domaine Léon Boesch y Schlumberger, Domaine Marcel Deiss, Domaine Louis Sipp, Domaine Marc Tempé, Domaine Zind-Humbrecht o Domaine Trimbach.

Con sus finas burbujas, el crémant d'Alsace, que debe servirse bien frío, abre una comida con delicadeza. Los entrantes de verduras se realzan con un moscatel de Alsacia. Este vino blanco afrutado, pero seco, es el acompañamiento ideal para los espárragos y los platos vegetarianos a base de verduras cocidas o crudas. 

La elección recae más bien en un pinot blanc de Alsacia para los mariscos, y en un riesling o un sylvaner para los platos de pescado.

El pinot noir es el acompañamiento ideal para carnes rojas y caza, mientras que el pinot gris se sirve más bien con asados, carnes guisadas, aves y casquería.

¡No hay comida sin queso! El pinot gris es perfecto para acompañar quesos de pasta dura (comté, emmental, gruyère, abondance...). Por su parte, el gewurztraminer es el mejor aliado de los quesos de pasta blanda (munster, époisses, brie...).

Y para terminar con una nota dulce, el riesling y el gewurztraminer de vendimia tardía combinan a la perfección con los postres de frutas o chocolate.