Tavel

Tavel es una denominación del sur del Ródano que produce exclusivamente vinos rosados. En el corazón de los mejores terruños del valle del Ródano, Tavel ha sido elaborado durante siglos por generaciones de viticultores. Era el vino de los reyes y sigue siendo un vino de élite, el vino de aquellos para quienes la pasión y la autenticidad son la clave del placer. En 1902, Tavel fue una de las primeras asociaciones de viticultores de Francia. Tras largas batallas judiciales, estos viticultores obtuvieron en 1928 la delimitación de la zona de denominación de Tavel. En 1936, con la creación del INAO, obtuvieron inmediatamente la clasificación como AOC Tavel. Hoy en día, esta protección abarca 960 hectáreas, limitadas al municipio de Tavel.

Si mira un mapa, encontrará un hermoso barrio, Aviñón, Châteauneuf du Pape, el Gard, su sol, tierras mediterráneas barridas por el Mistral...

Entre los vinos AOC, es el único que se ha negado deliberadamente a producir a la vez vinos tintos y blancos, en consonancia con su especialización secular: aquí el color rosa no es una moda, sino una identidad original, y Tavel es descrito como el "Rey de los Rosados".

Potentes y aromáticos, los vinos de Tavel están ampliamente considerados como los mejores rosados de Francia. Se reconocen por su botella en relieve. Las variedades de uva utilizadas son garnacha, cinsault, syrah, mourvèdre, clairette, bourboulenc, picpoul y cariñena. Ninguna variedad de uva puede representar más del 60% de las cepas de un viñedo. La reputación del terruño de Tavel está admirablemente defendida por los productos de Château d'Aquéria, Domaine Pélaquié, Domaine Maby y Domaine de la Mordorée.

Los vinos de Tavel se benefician de una insolación excepcional y de poca lluvia. El suelo es arcilloso, con arena y guijarros rodados. La elección de las variedades de uva -Grenache, Syrah y Cinsault- es una combinación excelente para crear un vino rosado. Dicho esto, algunos enólogos ingeniosos quisieron crear un hermano pequeño con virtudes similares, y así nació un vino blanco de Tavel igualmente delicioso.

En primer lugar, está la elegancia. Es una virtud formal que se aprecia ante todo en estas botellas tan especiales de vino rosado Tavel. Su esbelto diseño se reconoce a primera vista. Pero un vino tiene muchas formas de existir: por los ojos, por la nariz y por la boca.

Cuando es joven, el rosado de Tavel es de un precioso tono rosa claro, límpido y luminoso. A medida que envejece, sus colores se enriquecen con bonitos reflejos dorados sobre un fondo rosa que puede profundizarse.

Son aromas de frutas negras y rojas, frambuesas, arándanos y grosellas. A veces aparecen notas de almendra o nuez. Tras un año de guarda, aparecen nuevos aromas. Un poco más viejos, los vinos de Tavel desarrollan un toque de regaliz, oporto o Madeira.

Aromas de fruta, especias, nueces y almendras, una combinación tan sutil que es necesario mantenerla un rato en el paladar para que se despliegue. El vino rosado de Tavel tiene una redondez en el paladar, una flexibilidad que no agrede a las papilas gustativas.