Val de Loire

Desde agosto de 2009, los vinos de la tierra cuentan con una etiqueta oficial de calidad reconocida a nivel europeo: la Indicación Geográfica Protegida (IGP).

La categoría de los vinos de la tierra, junto con las denominaciones de origen controladas y los vinos de Francia (antes vinos de mesa), está rigurosamente regulada, por un lado, por la normativa vitivinícola comunitaria y, por otro, por un pliego de condiciones preciso que define las condiciones de producción.

Comparten con las DOC unas normas de producción precisas. Pero la flexibilidad en el uso de diferentes variedades de uva también permite a los viticultores expresar toda su creatividad y producir vinos originales.

Por otro lado, en comparación con los vinos de Francia, ofrecen al consumidor una garantía de origen, materializada en el nombre de su denominación, y una garantía de calidad mediante el cumplimiento del pliego de condiciones y los controles que se derivan de él (control de las variedades de uva, los rendimientos, controles analíticos y organolépticos).

Dentro de la familia de los vinos de la tierra franceses, se encuentra la denominación regional «Vins de Pays du Val de Loire», que agrupa a 14 departamentos de la cuenca vitícola del Valle del Loira: Allier, Cher, Indre, Indre-et-Loire, Loir-et-Cher, Loire-Atlantique, Loiret, Maine-et-Loire, Nièvre, Puy-de-Dôme, Sarthe, Deux-Sèvres, Vendée, Vienne.

Desde su creación en 1981, los vinos de la tierra del Loira se han centrado en una producción de calidad y en la profesionalización de sus operadores. Con sus 1600 viticultores, una quincena de bodegas cooperativas y un centenar de comerciantes, la Indicación Geográfica Protegida del Valle del Loira tiene un peso económico real en la producción vitícola de la cuenca del Valle del Loira.

Por su situación septentrional y su clima templado, la Indicación Geográfica Protegida del Valle del Loira se caracteriza por la frescura, la vivacidad y la finura de sus vinos.

Las variedades de uva de los Vinos de País del Valle del Loira-IGP son tradicionales y se adaptan bien a la diversidad de climas y suelos que se encuentran en esta vasta región.

Las variedades blancas, en su mayoría vinificadas en seco, se caracterizan por la delicadeza de sus aromas frutales y florales.

Los rosados son ligeros, vivaces y refrescantes, y los tintos, de estructura ligera, a veces con cuerpo, se caracterizan por su suavidad.