Lirac

Lirac, característica distintiva del terruño, es el cru más antiguo de Côtes du Rhône que produce los tres colores: tinto, rosado y blanco. La diversidad de suelos y variedades de uva que se encuentran en la zona de la denominación es lo que hace que Lirac sea tan especial. Garnacha negra, Cinsault, Syrah y Mourvèdre son las principales variedades de uva utilizadas para los tintos y rosados de Lirac. Para los Lirac blancos, principalmente Clairette y sobre todo Bourboulenc y Garnacha blanca. La curiosidad de los aficionados al vino se verá recompensada en esta denominación por los productos del Château d'Aquéria, pero también por las añadas que ofrecen el Domaine Maby o el Domaine de la Mordorée.

Plantados en plena garriga, en terrenos áridos, soleados y expuestos al viento del Mistral, los viñedos del Lirac derivan su carácter especial de esta ubicación. Los viñedos de Lirac están plantados sobre tres tipos de suelos: guijarros, canchales calcáreos y arenas de finales del Terciario. La mezcla de uvas plantadas en estos diferentes suelos produce vinos de nariz y vista complejas.

Procedentes de diferentes terruños, los vinos de Lirac se caracterizan por su potencia y sus aromas, pero siguen siendo frescos y siempre elegantes. Al principio, el viñedo de Lirac era conocido sobre todo por sus rosados, pero hoy en día produce unos 20.000 hectolitros anuales de vinos tintos, rosados y blancos. De hecho, es la primera denominación de Côtes du Rhône que produce vinos de los tres colores.

Los vinos tintos de Lirac se elaboran con uvas garnacha negra, syrah, mourvèdre y cinsault, que dan un color entre rubí intenso y rojo granate.
Los vinos tintos de Lirac tienen una nariz que recuerda a bayas silvestres, especias y garriga. Los tintos envejecidos adquieren notas de cuero, cacao y regaliz. El Lirac tinto es equilibrado en boca, con una fuerza tánica apreciable, pero conservando la redondez en boca característica del Lirac. El Lirac Tinto envejece bien y mejora con la edad.

El rosado es de color salmón, elaborado a partir de uvas Garnacha Noir, Syrah y Cinsault, que aporta sorprendentes notas de frutos rojos, frambuesa y fresa. Aunque untuosos, los rosados de Lirac siguen siendo dinámicos, con un final largo que deja un frescor y un sabor pronunciados tras la degustación.

Por último, el Lirac blanco se elabora a partir de Bourboulenc, Clairette, Grenache blanc y Roussanne, con la adición ocasional de Marsanne, Picpoul y Viognier. Estas variedades de uva confieren al vino blanco un color luminoso y una nariz que recuerda a frutas de verano y notas florales. Los vinos blancos de Lirac más añejos adquieren notas de miel y tomillo.

Recomendamos acompañar los embutidos, el pato, las aves, el cordero o el queso con un Lirac tinto. El Lirac blanco es perfecto con verduras crudas, espárragos, pescados o mariscos. Por último, las carnes rojas, los despojos, los pescados blancos, los platos en salsa y la fruta de verano combinan de maravilla con un Lirac rosado.

Vinos tintos: Cuando son jóvenes, los vinos tintos ofrecen aromas de frutos rojos y negros, que evolucionan con la edad hacia la vainilla, el cuero y notas de sotobosque. En boca, encontramos la potencia y la generosidad del vino de Lirac, conservando al mismo tiempo un fino equilibrio. Gracias a su excelente potencial de envejecimiento, estos vinos pueden disfrutarse durante varios años.
Ideal con- Carnes rojas (ternera, caza, cordero)

Vinos rosados : En nariz, aromas de frutos rojos, fresas y almendras. Una vez en el paladar, le seducirá la intensidad aromática y el frescor del vino.
Ideal con- Marisco- Pescado azul (salmón, atún) - Cerdo- Aves de corral

Vinos blancos: revelan notas de fruta blanca y flores en nariz. También tienen un buen potencial de envejecimiento y desarrollarán notas de vainilla y miel con el tiempo.

Ideal con- Pescado azul (salmón, atún)- Queso curado duro- Aves de corral