Mercurey

Mercurey AOC, una denominación centenaria

La denominación Mercurey y Mercurey Premier Cru es una de las más importantes de la Côte Chalonnaise, cerca de Chalon-sur-Saône, en Borgoña. Los vinos de Mercurey tienen esta denominación desde 1923. Los viñedos se extienden por los municipios de Mercurey y Saint-Martin-sous-Montaigu.

Las viñas de Mercurey están plantadas a una altitud de entre 230 y 320 metros, en un terruño compuesto de margas calizas al este y de lecho rocoso jurásico y cristalino cubierto de arenisca al oeste. Las aproximadamente 630 hectáreas de la denominación producen unos 27.500 hectolitros de vino al año.

Este terruño, que se extiende sólo por los dos municipios mencionados, se divide ahora en 32 climas 1er cru.

La otra denominación es "Mercurey Villages", que en 2018 acaparó la mayor parte de la superficie en producción, es decir, 480 ha de un total de 645. Ese mismo año, los viñedos de Mercurey produjeron casi 29.500 hl. El desglose es el siguiente

- 540 ha de vinos tintos, incluidos 150 1er crus, elaborados con uvas Pinot noir

- 105 ha de Chardonnay blanco, 15 de las cuales son 1er cru.

Al norte y al sur de la DOC Mercurey, existen otras denominaciones de gran reputación: Rully, con sus vinos predominantemente blancos, se dirige hacia Chagny y la Côte de Beaune, mientras que Givry y Buxy, en los límites de la Côte Chalonnaise, miran hacia Cluny y el Mâconnais.

La denominación Mercurey y Mercurey Premier Cru produce vinos tintos de la variedad Pinot Noir y, en menor medida, blancos 100% Chardonnay, dos de las variedades de uva emblemáticas de Borgoña. Los tintos de Mercurey tienen cuerpo y son afrutados, mientras que los blancos presentan una fina mineralidad, con notas de flores blancas características del Chardonnay. Los amantes del vino apreciarán especialmente el atractivo de esta denominación gracias a los productos que ofrece el Château de Chamirey.

La Pinot Noir confiere a los vinos de Mercurey una tonalidad rubí que evoca una gama de frutas como la cereza, la frambuesa y la fresa. A medida que maduran, las cepas más viejas revelan también un aroma acre a tabaco o incluso a granos de cacao.

Los vinos de Mercurey, carnosos y tintos, combinan bien con el entrecot y, en general, con cualquier buena pieza de carne de vacuno. Pero un plato de cordero en salsa, cerdo asado o aves estofadas también quedarán muy bien.

Pueden servirse con una tabla de quesos tiernos o curados, a partir de 14°C para un vino joven y 16°C para uno más viejo.

En cuanto a los blancos de Mercurey, el Chardonnay es especiado, con sabor a arbustos espinosos, espino blanco, acacia... Se mezcla con frutos secos, avellanas y almendras, condimentados con canela y pimienta.

Realzan sutilmente los pescados a la plancha o en salsa, y todo tipo de mariscos en general. También combinan sorprendentemente bien con platos asiáticos más exóticos. Los amantes del queso los disfrutarán con especialidades de queso duro, como aperitivo por ejemplo. Los vinos blancos de Mercurey deben servirse entre 11 y 13°C.