Moulin-à-Vent

La denominación Moulin-à-Vent se extiende únicamente por los municipios de Romanèche-Thorins, en Saône-et-Loire, y Chénas, en Rhône. El decreto de reconocimiento de la denominación data del 11 de septiembre de 1936, pero ya en 1924, el tribunal de Mâcon, encargado de resolver los litigios derivados de las falsificaciones de un vino ya famoso, había definido los límites geográficos del cru y, de este modo, había consagrado en cierto modo el nacimiento de la denominación Moulin-à-Vent, más de 10 años antes de la ley que instituyó las A.O.C. (denominaciones de origen controladas)
 
La superficie del viñedo de los vinos Moulin-à-Vent es de aproximadamente 670 hectáreas, con una producción anual de unos 36 500 hectolitros. La única variedad de uva utilizada es la Gamay noir à jus blanc, para un vino exclusivamente tinto. Dentro de la producción, cabe destacar especialmente el Domaine des Terres Dorées, el Domaine Dominique Piron, el Domaine du Vissoux y, sobre todo, el Domaine Paul Janin et Fils y el Château des Jacques.
 
El terruño de Moulin-à-Vent se caracteriza por arenas graníticas rosadas y friables llamadas gore, infiltradas aquí y allá por vetas de manganeso. Este mineral constituye una de las particularidades de la denominación. La vinificación se realiza con racimos enteros. Este método es propio del Beaujolais. Tras el encubado y la primera fermentación alcohólica, se prensa la uva. A continuación, se mezclan el mosto flor y el mosto de prensa antes de una segunda fermentación, la maloláctica. Su función es suavizar los vinos eliminando su acidez. Para expresar al máximo los componentes y dar estructura a los vinos de Moulin-à-Vent, muchos viticultores utilizan técnicas que consisten en sumergir la uva en el jugo durante la fermentación: tostado, pisado, descube o remontado. Bien estructurados, algunos de los vinos de Moulin-à-Vent pueden pasar por barricas para obtener cuvées de roble, lo que permite al viticultor ampliar la gama de vinos que ofrece.

Moulin-à-Vent es una de las 10 denominaciones comunales de los vinos de Beaujolais. A diferencia de las otras 9 denominaciones, que reciben el nombre del pueblo donde se producen, la AOC Moulin à Vent beaujolais tiene la particularidad de recibir el nombre de su emblema, un antiguo molino situado en la comuna de Romanèche-Thorins. Pero esa no es su única particularidad. Entre los vinos de Beaujolais, el Moulin à Vent también destaca por su sabor.

A caballo entre los municipios de Romanèche-Thorins, en Saône-et-Loire, y Chénas, en el departamento del Ródano, el cru Moulin à vent se describe a menudo como «el señor de los crus del Beaujolais». La razón es su suelo de granito alterado, o granito podrido, comúnmente llamado «gore» por los viticultores. Este suelo, en general pobre, es sin embargo más rico en materia orgánica que los suelos de los viñedos de las laderas de Fleurie o Chiroubles, por ejemplo. Además, su porosidad garantiza un suministro de agua ideal: ni demasiado, ni demasiado poco. Las vides plantadas en esta zona de denominación obtienen así del suelo todos los elementos esenciales para su crecimiento.

El viñedo de Moulin-à-Vent se beneficia, además, de las altitudes, exposiciones y pendientes más ventajosas de los 10 crus.

El resultado son vinos generosos y con cuerpo que tienen un potencial de guarda superior al de otros caldos.

Para degustar como es debido un vino Moulin a Vent como el Moulin a Vent Croix des Louves, hay que saber ser paciente. De hecho, a diferencia de los vinos de las denominaciones de origen Beaujolais y Beaujolais-Village, que se degustan jóvenes, el vino Moulin à Vent, al igual que el Morgon y el Chénas, tiene un potencial de guarda de entre 3 y 10 años, y en ocasiones más para las mejores añadas.

Al igual que los mejores vinos, hay que ofrecerle las mejores condiciones de almacenamiento. Por lo tanto, hay que prestar especial atención a la temperatura, la luz y la humedad de la bodega en la que se conservan las botellas, a la espera de una buena ocasión para degustarlas. Si no puede ofrecer a sus mejores botellas unas condiciones de almacenamiento ideales, es preferible comprar vinos listos para beber, que habrán sido conservados en buenas condiciones, en la bodega del productor o en una tienda especializada.

El vino tinto Moulin à Vent debe degustarse a temperatura ambiente. Esto significa que debe servirse a una temperatura comprendida entre 15 y 18 grados (temperatura de la bodega). Cuando hace mucho calor, es conveniente mantener el vino a esta temperatura sumergiéndolo en una cubitera con hielo.

Este vino es ideal para acompañar carnes rojas, caza y quesos de sabor fuerte, como el camembert, el epoisse o el munster. De hecho, su carácter robusto y con cuerpo combina muy bien y realza con brillantez una cocina familiar y rica.

El Moulin-à-Vent es un vino que obtiene su color rojo violáceo de la variedad de uva Gamay de la que procede.

En nariz, desprende inicialmente un aroma afrutado que recuerda a la cereza o la grosella negra. Tras varios años de envejecimiento, su bouquet se vuelve más especiado y desprende notas de almizcle, trufa y sotobosque.

Es en el paladar donde el Moulin-à-Vent revela toda su singularidad. Potente, carnoso y aterciopelado, ofrece taninos finos y amaderados y aromas típicos de la gamay que se desarrollan y florecen con el tiempo.